sábado, 15 de diciembre de 2012

Retirar la escalera


Retirar la escalera de Ha-Joon Chang

13/12/2012
Retirar al escalera. La estrategia del desarrollo en perspectiva histórica.

El profesor Chang, plantea un interesante análisis histórico sobre cómo los países desarrollados alcanzaron su actual situación para compararla con las recomendaciones que hoy en día, éstos mismos países, realizan a los países en desarrollo.

La obra se estructura en cuatro capítulos con contenidos muy diferentes:

Capítulo 1: Cómo de verdad se hicieron ricos los países ricos.

Actualmente los países en vías de desarrollo sufren importantes presiones por parte del mundo desarrollado para que adopten un conjunto de “buenas políticas y “buenas instituciones” que impulsen su desarrollo económico.

Las “buenas políticas” son las prescritas por el llamado “Consenso de Washington” es decir, políticas macroeconómicas restrictivas, liberalización de comercio internacional, privatizaciones y desregularización. Las “buenas instituciones” son las que se encuentran en los países desarrollados, especialmente en los angloamericanos:  la democracia, la “buena burocracia”, un poder judicial independiente, derechos de propiedad bien protegidos e instituciones de gestión gubernamental y financiera transparentes y orientados hacia el mercado.

El profesor Chang cuestiona que si realmente las políticas e instituciones recomendadas a los países en desarrollo son las mismas que adoptaron los países en desarrollo son las mismas que adoptaron los PAD (países actualmente desarrollados) cuando éstos se estaban desarrollando.

Los PAD no llegaron a donde ahora están mediante las políticas y las instituciones que recomiendan a los países en desarrollo. En su mayor parte, pusieron en práctica políticas comerciales e industriales “malas”: políticas de protección a la industria naciente y subsidios a la exportación y hasta que no estuvieron bastante desarrollados, éstos contaron con muy pocas de las instituciones consideradas básicas.

A List se le conoce como el padre de la argumentación sobre la industria naciente, la idea de que en presencia de países más desarrollados los países más atrasados no pueden desarrollar nuevas industrias sin contar con el estado y la protección arancelaria. List dirá que el libre comercio es beneficioso para países con niveles similares de desarrollo industrial pero no entre países con diferentes niveles de desarrollo



Capítulo 2: Políticas para el desarrollo económico. La política industrial. La política comercial y la política tecnológica en perspectiva histórica.        

El profesor Chang analiza las políticas industriales, comerciales y tecnológicas seguidas por los países industrializados (PAD) durante sus etapas de desarrollo concluyendo que se trataba de políticas muy intervencionistas con el objetivo de promover industrias nacientes y proteger sus mercados. Y destaca que, básicamente, en la actualidad a los países en vías de desarrollo se les impone todo lo contrario: el libre comercio y políticas industriales de laissez faire con barreras débiles para los flujos internacionales, los bienes y el trabajo.

Igualmente, destaca que, en el pasado, se promovieron por los actuales países desarrollados (PAD) medidas tales como la adquisición de tecnología foránea mediante la financiación de viajes de estudios y estancias de formación y la cooperación tecnológica aunque también se desarrollaron prácticas ilegales como el espionaje industrial, la maquinaria de contrabando o el no reconocimiento de patentes extranjeras. Incluso se llegó a evitar la transferencia de tecnología a posibles competidores.

Se analizan igualmente en la obra las estrategias seguidas por Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Francia, Suecia e incluso algunos países asiáticos como Japón. Y también como se interrelacionaban las potencias europeas destacando que se evitaba que saliera del país nuevas tecnologías con rumbo a potenciales competidores, se impedía el movimiento de trabajadores cualificados, y que incluso ni se respetaban los derechos de propiedad intelectual e industrial de otros países o se practicaba el espionaje industrial a alto nivel.

El autor se detiene en analizar como a las colonias se les aplicaron políticas tendentes a incentivar exclusivamente la producción de materias primas para evitar fabricar “ni siquiera un clavo para una herradura” y prohibiendo el uso de aranceles proteccionistas. Con estas políticas se pretendía apartar a las colonias de la industria, ilegalizando incluso algunas actividades manufactureras y prohibiendo sus exportaciones cuando competían con productos propios de los países en proceso de industrialización y se les prohibió el uso de aranceles por parte de las autoridades coloniales.

En cuanto a los países semidependientes para impedir el desarrollo de las manufacturas  los PAD les impusieron el libre comercio a través de los “tratados desiguales” que  impedían el desarrollo industrial y además solían imponer techos arancelarios.

Con respecto a las naciones competidoras Inglaterra se concentró en impedir la salida del país de sus tecnologías de nivel superior y por su parte los países menos desarrollados intentaban contratar trabajadores cualificados de los países más avanzados.

Chang en su análisis indica que las políticas industriales, comerciales y tecnológicas (ICT) de los PAD de épocas anteriores con las de los actuales países en desarrollo una vez que se considera la brecha de productividad que necesitan superar, los actuales  países en desarrollo son mucho menos proteccionistas que los PAD en el pasado.



Capítulo 3: Instituciones y desarrollo económico: el buen gobierno en perspectiva histórica

Comienza el profesor Chang destacando cómo el establishment de la política internacional de desarrollo realiza una serie de recomendaciones para la mejora de las instituciones en los países en vías de desarrollo, por lo que analiza dichas instituciones consideradas las propicias para un buen gobierno y, en consecuencia, para conseguir el desarrollo económico:

Democracia con derecho de voto, universal, libre      y secreto
Burocracia moderna eficiente, profesional,      transparente y libre de corrupción
Poder judicial independiente que administre “el      imperio de la ley”
Protección del derecho de propiedad y en      particular del derecho de propiedad intelectual
La existencia de instituciones de control de la      gestión empresarial exigiendo transparencia informativa, presentación de      cuentas y auditorías
La regulación de leyes para situación de      insolvencias y quiebras
La regulación bancaria y en particular el      establecimiento de bancos centrales
La regulación del mercado de valores
El establecimiento de un sistema de protección      social con un seguro de accidentes, de salud, de pensiones, de desempleo
La regulación de la duración de la jornada de      trabajo de los adultos
La prohibición del trabajo infantil
La mayoría de todas estas buenas prácticas para conseguir el desarrollo se han logrado en los actuales países desarrollados (PAD) a lo largo del siglo XX como resultado de un largo proceso. Este tipo de instituciones y regulaciones ha sido el producto de su evolución que han tardado generaciones en desarrollarse; en ningún caso ha sido impuesto de forma improvisada y desde fuera por ningún agente externo y con la amenaza de adoptar  las instituciones de “nivel mundial” en los próximos cinco o diez años. Además en el avance hacia la situación actual se han producido constantes avances y retrocesos perfectamente constatables históricamente, con lo que el proceso no ha sido lineal y claro y ha tenido sus propios retrocesos correctores de la perspectiva general.

En este capítulo el autor destaca dos cuestiones:

En los primeros tiempos de industrialización los      actuales países desarrollados (PAD) contaban con unas estructuras      institucionales mucho menos desarrolladas que las que existen en los      países en desarrollo actuales con niveles comparables
El nivel de desarrollo instituciones de los      países actuales desarrollados (PAD) estaba muy por debajo de los hoy altos      “niveles globales” que se exigen a los actuales países en desarrollo


Capítulo 4: Lecciones para el presente

En este capítulo reconsidera tanto las políticas económicas de desarrollo como las políticas institucionales y concluye:

En cuanto a las políticas económicas que se están      recomendando a los países en desarrollo:
-          Los países en vías de desarrollo crecieron más rápidamente cuando no adoptaron estas políticas

-          En realidad el libre comercio que imponen los países desarrollados es más beneficioso para sí mismos que para los países en vías de desarrollo

-          En cuanto a las políticas institucionales recomendadas a los países en desarrollo:

-          Las buenas instituciones que se imponen a los actuales países en vías de desarrollo son el resultado del largo proceso histórico, no su causa

-          No existe un único conjunto de mejores prácticas a seguir por los países en vías de desarrollo dado que cada uno se encuentra en una especial situación y tiene sus particularidades que, además precisan su propia velocidad con lo que este tipo de instituciones es contraproducente que sean impuestas “desde fuera”.

Termina la obra respondiendo a las posibles objeciones que se pueden realizar a su argumentación y que se concretan en que a pesar de que el mundo funciona así, y que los inversores internacionales desean que en los países en que invierten existan este tipo de instituciones y “buenas prácticas”; en realidad los países en vías de desarrollo deberían aprovecharse de estas instituciones que hemos referido para alcanzar el máximo grado de desarrollo, pero teniendo en cuanta sus propias particularidades y su propia velocidad para su adopción.

El profesor Chang propone como comentario final que lo que hoy se denominan malas prácticas y que fueron seguidas por los países actuales desarrollados (PAD), en realidad deberían permitirse también a los países en vías de desarrollo, e incluso que  deberían impulsarse. Y en consecuencia sostiene la realización de los puntuales estudios de determinen que es lo más favorable y beneficioso para cada país teniendo en cuenta su particular situación.

La lectura de “Retirar la Escalera”, realiza un análisis histórico de cómo se llevó a cabo el proceso de industrialización y la implantación de las instituciones propiamente occidentales sus barreras y obstáculos, sus ventajas y desventajas. Tras la lectura de la obra, se pude concluir que la mayoría de las instituciones que se exigen hoy en día a los países en desarrollo o son irrelevantes o son dañinas para su estadio de desarrollo; y eso por no hablar del elevado coste que supone en muchos casos su verdadera implantación.

Dos cuestiones que hay que tener en cuenta:

-          Sobre cómo se han producido históricamente los cambios económicos e institucionales en los actuales países industrializados, durante su propio período de industrialización y la interconexión de los temas políticos, sociales, culturales, económicos.

-          Sobre las actuales recomendaciones e imposiciones que se realizan a los actuales países en desarrollo y son contrarias a los criterios que estos mismos países siguieron cuando se esforzaban por conseguir el desarrollo. Resulta claro que ninguno de los países actualmente industrializados adoptó el régimen del libre comercio, sino todo lo contrario. Además se demuestra que en el pasado adoptaron una política eminentemente proteccionista con una acusada barrera arancelaria, subsidios a la exportación, concesión de derechos de monopolio, planificación de inversiones, planificación de mano de obra, etc. Sin embargo hoy hasta la protección arancelaria se niega a los países en vía de desarrollo. Además queda claro también que en el pasado se llevaron a cabo prácticas irregulares como la apropiación furtiva de trabajadores cualificados extranjeros, la importación de máquinas de contrabando provenientes de países más desarrollados, se ejercieron actividades de espionaje industrial, se violaron marcas y patentes registradas en otros países, etc.

En este sentido la propuesta fundamental de esta obra sería que los actuales países en desarrollo deberían conseguir más independencia a la hora de decidir y elaborar sus propias políticas, liberándose de presiones externas.

Y respondiendo a la pregunta que se formula reiteradamente en el libro “¿qué ganan los países desarrollados con todo esto?” me gustaría responderme a mi misma diciendo que realmente los países desarrollados están recomendando las políticas que a ellos mismos les interesan en la actualidad, no las que realmente propiciaron su propio desarrollo en su momento. En realidad parece que los países desarrollados están intentando ocultar los secretos de su éxito, retirando la escalera por la que han trepado para evitar que otros trepen tras ellos. El título de la obra es francamente revelador y esclarecedor.

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