miércoles, 28 de noviembre de 2012

A VECES, POR SUERTE, RESISTIMOS…


A VECES, POR SUERTE, RESISTIMOS…

Hoy tengo que reconocer que me he llevado una grata sorpresa, a pesar de tener que irse el profesor, y de los primeros titubeos, hemos conseguido, aunque haya sido un rato, comentar entre nosotros unos libros que teníamos para leer en esta asignatura.

La iniciativa, como siempre, ha venido de una persona, en concreto de una chica de clase que se ha lanzado a comentar su lectura de “El guardián entre el centeno”. Después, aunque tímidamente, hemos hablado de unos cuantos libros más, entre ellos “La resistencia” de Sábato,  y tres de poesía: “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”  de Pablo Neruda, y otros dos de la generación del 50: Jaime Gil de Biedma, y una mención a Luis Alberto de Cuenca. No puedo evitar ahora, y aunque no lo hemos hablado en clase, reseñar y recomendar a Ángel González, de esta misma generación y que es uno de mis preferidos.

He tenido bastante suerte, porque los libros que yo me había leído han sido justo el de “El guardián entre el centeno” y “La resistencia”, todavía sin terminar. Curiosamente me decidí por el primero, pero tengo que reconocer que Sábato da más juego para comentar, y de hecho así ha sido en clase. De Salinger, la compañera ha destacado, la fama un tanto injusta que rodea al libro, a veces más famoso por caer en manos de psicópatas, que por la buena literatura que esconde dentro. En mi opinión, no solo esconde buena literatura y la narración entre descarnada y divertida de la rebeldía juvenil del joven Holden, sino una valiosa reflexión, sobre la búsqueda y la caída. Cuántas veces la rebeldía, la violencia o más allá, la indiferencia, no son más que el resultado fallido de una búsqueda. Y si esa búsqueda se da en el periodo más bonito, complejo, creativo e ideal como lo es la juventud, el fallo es mucho más hondo, más doloroso y el peligro de caída es mayor. Al final, son pequeñas cosas como la familia, los amigos o las herramientas que con suerte hayamos aprendido, las que nos van a mantener a flote. Salinger, señala alguna mas, como aprovechar la educación, no tanto adquiriendo conocimientos teóricos, sino como una prueba de nuestra inteligencia, de conocernos a nosotros mismos y así saber lo que, en un futuro, queremos y podemos abarcar y que no. Además, como buen escritor, señala uno más, el de escribir, y dejar una huella que otros puedan seguir, igual que las que otros dejaron para nosotros.

De Sábato y su “resistencia”, que decir, que gracias a los compañeros han resurgido en mí las ganas de leerlo. El autor argentino, nos invita a acercarnos a “la grandeza a la que todavía podemos aspirar”, la vida en sí misma y sobre todo con los demás, y a huir, en la medida de lo posible, de la “indiferencia metafísica” que caracteriza nuestros días. Según él, y difícilmente podríamos contradecirle, estamos cada vez mas inmersos en la cultura del instante (todo lo que queremos ya), de la intensidad (esa constante intrusión sensorial que soportamos) y del individuo (del cual todo proviene y que no necesita de nadie). La salvación, dice, está en el espíritu, en la vida en comunidad y en la tendencia a una etapa mucho más esencial y pura de nuestra existencia, la niñez, donde lo importante es lo cercano y lo presente. Quizá esta visión tan romántica, y esta supuesta reivindicación de lo pasado fue lo que en un principio no logró captar mi interés. Tal vez será que estoy más acostumbrado en la universidad a leer libros más teóricos y académicos, y que el romanticismo me deja un poco como a medias. O que, paradójicamente, me resisto a criticar el entorno al que inevitablemente me he adaptado como el que más, con todas sus pantallas y sus intensidades. Buscamos quizá con demasiada ganas las respuestas, y la explicación de lo que vivimos, y si es posible de todo. Pero Sábato hace justo lo contrario, no nos da un camino, nos da una dirección, nos abre su mundo y lo decide compartir con nosotros sin más, y ahora me doy cuenta, que en estos días, y en el entorno tan “científico” que nos rodea, este romanticismo no sólo es extraño, sino necesario y valioso.

Así pues, no desechemos nada, pertrechémonos de todo cuanto podamos, la educación, la ciencia, el romanticismo, la poesía, la sociología, la economía, la escritura, la familia, los amigos, los compañeros, un libro, un paseo, los móviles, la naturaleza, la ciudad, etc.…porque nada es desdeñable en la difícil tarea de RESISTIR.
Publicado por Daniel Romojaro

1 comentario:

  1. Muchísimas gracias por tu trabajo. Me alegro que todo haya funcionado, como yo ya sabía. Todos los cursos suelo provocar al menos un día para autoorganización y siempre funciona bien. He ido a Urgencias y me han dicho que no tienen importancia mis mareos. Ya estoy más tranquilo. Un abrazo, Roberto Carballo

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